Predicadora: Dora de Saldaña
Martes 10 Diciembre 2019
Serie Adviento
Ejemplo de dos personajes que se encontraron con Jesús y sus vidas fueron transformadas.
1) La samaritana
Había una mujer con quien necesitaba encontrarse, Jesús hace lo que sea, se vale de lo que sea para para su encuentro.Vr6 Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo… Jesús descansó, los encuentros con Jesús son a toda hora, en todo momento, siempre hay momentos oportunos para El.
Juan 4, 1-30
La confrontó con su propia realidad, las rutinas que podemos tener, y que Jesús conoce, pero y ese encuentro hace que todo cambie.
Tocó lo más profundo de su ser, le muestra su pecado pero a solas, Jesús ofrece agua que sacia la sed, el corazón tiene un vacío con forma de Jesús.
El Señor conoce todo de nosotros para que reconozcamos nuestra necesidad, esa que hemos llenado con otras cosas.
Debemos descubrir cual es la sed que tengo, la samaritana tenía cinco dioses (maridos)… para ser libres es necesario:
Aunque lo llevemos con «Agrado» molesta, pesa, pero al dejar el cántaro podemos tener libertad para anunciar a Jesús.
Hay áreas de nuestra vida que necesitan de Jesús, esa necesidad que debe ser saciada. Aún no hemos reconocido a Jesús como como nuestro Señor.
¡El afán por salir a anunciarlo es la evidencia que le tenemos como Señor!
«En ningún otro hay salvación, porque en todo el mundo Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos salvarnos.» Hechos 4,12
2) El endemoniado de Gerasa
Marcos 5, 1-20
Era un hombre poseído por espíritus, totalmente enajenado, ¿como podríamos identificarnos con el?
Allí en casa, cuando y donde somos tal como somos, cuando nos dejamos descontrolar, allí podemos ser ciegos como el endemoniado.
¿Qué nos domina que no sea el Espíritu Santo? ¿Cómo es el comportamiento, hay dominio propio?
¿Hay dominio por vicios, enfermedad?
Pues a el diablo le gusta cambiarnos de nombre, pero ¡no nos llamamos enfermedad, no nos llamamos vicio!
El endemoniado se tira frente a Jesús y le reconoce, le pide que no le atormente, a veces sabemos lo que debemos hacer pero no somos sinceros delante de Dios.
Pero lo liberó y lo transformó, en Él todas las áreas de nuestra vida son sanas.
Pidámosle sanidad en nuestro orgullo, en el sólo pensar en nosotros.
¡No le demos paso a Satanás en nuestra vida, pues Su Palabra nos ha liberado!
Contémosle a los cercanos del actuar de Dios en nosotros, Jesús nos llama a salir de nosotros, a tener solidaridad, escuchar a aquel que siente angustia.
Para ser libres es necesario:
¡Dejemos entrar a Jesús para que nos atrape en su amor! ¡El Señor hoy nos hace libres!