Predicador: Nancy Robayo
«Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse. Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios.»
Santiago 1,19
La ira, cólera, rabia, enojo o furia es una emoción que se expresa a través de la irritabilidad que se alimenta por dos grandes fuentes: El resentimiento y la amargura. Es asociada al mal genio.
«El que es impulsivo actúa sin pensar; el que es reflexivo mantiene la calma.»
Proverbios 14,17
- La ira actúa en la parte más primitiva del cerebro impidiendonos razonar y así actuar impulsivamente, Satanás se aprovecha de ello, busca atacarnos y generar reacciones. Como en los pleitos jurídicos se busca hacer enojar al contrario y así actue haciendo cosas que lo desfavorezcan.
- El enemigo busca que no seamos coherentes, propicia espacios para sacar nuestras emociones en contra nuestra.
- Por lo general culpamos a lo externo de nuestra ira y enojo (Caín y y Abel), una persona airada deja huella en los demás, mata, hiere, genera en los demás también ira y enojo.
«La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más.»
Proverbios 15,1
La raíz está dentro de nosotros al igual que la solución.
CÓMO COMBATIR LA IRA Y EL ENOJO
- Controla la mente, debemos razonar no alimentar la rabia, sujetar nuestra mente a Cristo.
Tenemos 5 segundos para reaccionar, deberíamos usarlos para pedir Espíritu santo. - Mirar semillas del pasado…autoevaluación diaria.
«Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día. No le den oportunidad al diablo.» Efesios 4,26-27 - Recordemos que la ira se alimenta del resentimiento y la amargura, no dejemos que pase el tiempo, no dejemos cuentas pendientes.
- ¡Expreselo!! Vaya a sacar las iras en la el presencia de Dios. Descarguese!!! Cargar todo eso agota! No se acueste con esa maleta.
- Acudamos al Espíritu Santo para viajar al pasado, que el nos muestre si hay alguna semilla que produzcan nuestras emociones hoy.
- Nieguese a si mismo y perdone.
» Después les dijo a todos: —Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame.» Lucas 9,23
La ira y el enojo afectan MI cuerpo (no el de la persona con la que tengo la rabia), se puede reflejar en enfermedades como gastritis, tendinitis, artritis, problemas en el higado y vesícula entre otros.
Sanarnos es un compromiso con nosotros mismos, examinarnos, pedirle al Señor que nos sane. Espíritu Santo sana nuestras emociones.
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